
He leído alguno de los penosos argumentos que algunos utilizan para
convencer a Carmena para que no le retire la calle al general
Millán-Astray en Madrid (creo que ya han caído unas cuan tas o corren
igual suerte en otras ciudades).
Misión imposible, porque para
cualquier izquierdista radical y para los ideólogos de la Memoria
Histórica, para los PODEMOS-IU, La Legión, creada por Millán-Astray, es
un cuerpo prefascista en el mejor de los casos.
Lamentables razones: porque el general
se había exilado durante la República por razones políticas; porque en
cuanto pudo, pese a ser mutilado de guerra, tuerto y manco, con el
cuerpo cosido a heridas, se incorporó a los nacionales y al Cuartel
General de Franco, fue el primer propagandista de Franco, no era un
locutor sino el primer jefe de la propaganda franquista; después fue el
general inspector del Cuerpo de Mutilados por la Patria y le faltó
tiempo para hacer público su deseo imposible de ser voluntario en la
División Azul.
Algunos
andan inventando que se peleó con Franco, y hasta alguno lo presenta, si
se descuida, como casi antifranquista. Supongo que han buscado como
piedra angular la difícil situación personal de Millán Astray tras dejar
a su mujer; pero eso nada tiene que ver con la política.
A todos se les olvida que Millán-Astray, si los datos publicados por
el Congreso de los Diputados no fallan, fue Procurador en Cortes por
designación de Su Excelencia el Jefe del Estado, por Franco, entre 1943,
fecha de constitución de las Cortes, y hasta su muerte (Millán-Astray
falleció en 1954), que es una curiosa manera de ser casi "no
franquista".
Se equivocan los que alegan estas cosas que además
pueden provocar chanza en las filas de la izquierda. Los méritos de
Millán Astray para dedicarle una calle no son políticos sino militares.
Los del hombre que dejó trozos de su cuerpo sirviendo a su Patria. Pero
eso tampoco sería del agrado de la izquierda.
Los méritos son el
derecho que también asiste a estos otros españoles a rendirles homenaje.
Pero este es negado por la izquierda.
Acabar mendigando que no
le retiren la calle porque se quiere disimular que estuvo donde estuvo o
que no fue amigo y propagandista de quien fue, no me parece que hubiera
agradado al propio general.
Pero es solo una opinión particular.
PD. ¡Lo que hubiera dicho su hermana, escritora gallega de éxito, que
también era una señora de armas tomar y que se pasó la guerra en las
cárceles republicanas por ser hermana y no ser Republicana!
Francisto Torres García